En muchos casos, se ha volcado la enseñanza presencial a un formato virtual. Por lo tanto, hemos realizado una enseñanza remota de emergencia, que dista de las características y criterios de calidad que supone una enseñanza online o semipresencial.
La experienia ha servido para que todos los agentes implicados se conciencien de que lo online no significa realizar una réplica de lo presencial en entornos virtuales. El reto actual es desarrollar adecuadamente lo híbrido, semipresencial o la forma de enseñanza-aprendizaje conocida como blended learning. Implicaciones:
- Repensar todos los estudios de grado y posgrado y las asignaturas que los componen desde su planificación hasta su evaluación.
- Calibrar el papel del docente, sus funciones y sus roles dentro de una forma de enseñanza híbrida en la que las competencias de autorregulación y trabajo autónomo del alumnado toman especial relevancia.
- Incluir metodologías activas para el desarrollo de las competencias básicas y transversales necesarias (trabajo en equipo, iniciativa, competencia comunicativa y capacidad crítica).
- Distribuir las tareas del alumnado en el aula y fuera de ella.
- Potenciar un sistema de evaluación centrado en un feedback más continuado y/o personalizado, que nos abriría las puertas a la implantación de una evaluación continua que involucre al alumnado en su propio aprendizaje.
- Implicarse en la utilización segura de los datos que de todos estos escenarios educativos afloran.
Nos encontramos ante una de las encrucijadas más profundas que haya vivido la universidad en los últimos tiempos.
Te invitamos a leer el artículo completo: https://theconversation.com/y-si-el-modelo-hibrido-fuera-el-futuro-de-la-universidad-139895
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