La semana pasada The conversation seleccionó como artículo del día nuestra aportación. En la editorial presentaron el artículo con el siguiente texto:
La enseñanza, en todos sus niveles, enfrenta una encrucijada. Estos meses son cruciales para definir el modelo de la “nueva educación”, aquella que surge del trastocamiento de las circunstancias previas a la pandemia de COVID-19.
Durante los meses del confinamiento, las circunstancias abocaron a padres, educadores y autoridades educativas a utilizar las herramientas que tenían a mano para mantener el vínculo alumno escuela.
Javier Portillo Berasaluce, Arantzazu López de la Serna y Naiara Bilbao Quintana, de la facultad de Educación de la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea, sostienen que no podemos dejar la “nueva educación” en manos de Google o Microsoft y sus aplicaciones, por muy gratuitas que sean. Sobre todo porque cerca de la mitad de los estudiantes carece de ordenador y conexión a internet: “Una plataforma online no puede sustituir las interacciones que se dan en un aula, ni la necesaria labor del profesor o profesora. El santo grial de la educación a distancia está en el profesorado”.
Y por tanto es prioritario invertir en el capital humano.
UNICEF recomienda tener un soporte redundante a la comunicación online a través de papel para la distribución de contenidos y mediante SMS o teléfono para la realimentación entre educadores y tutores. Esta estrategia permite, por un lado, disponer de un “plan B” para los casos en que fallen recursos que ya tenemos interiorizados como básicos en nuestro día a día como plataformas educativas online o conexión a internet, y por otro lado, asegura un canal de distribución de contenidos educativos para aquellas familias con menor poder adquisitivo que no dispongan de dichos recursos.
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